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enero 23, 2010

FUTURO


Si pudiera solamente a veces saber que me depara el destino, que es lo que va a pasar, que es lo que viene, que es lo que se va. Todo sería más fácil, esquivaría todo lo que me lastimara y podría considerarme a partir de ahí, una persona con un poco de suerte al fin.
Pero después, cuando me voy a dormir cada noche, pienso: ¿qué sería de mi, de nosotros, sin la incertidumbre? No habría razones para levantarse cada mañana, no habría razones para sorprenderse, para preocuparse, para analizar cada momento y cada situación con la que nos enfrentamos. Y ahí es cuando me doy cuenta que el destino existe, y la encargada de guiar mi destino soy yo misma. Quien vive el día a día, soy yo, y quien tiene que preparse en el presente, para vivir el futuro, sigo siendo yo.
Es por eso, que ya no intento averiguar que tiene el destino para esta chica extrovertida, malhumorada, histérica, caprichosa, comprensiva, loca y graciosa, sino, que dejo que me sorprenda. Que me permita levantarme a la mañana para esperar algo que en cualquier momento del día puede llegar. ¿No es mejor preocuparse por lo que va pasando a medida que lo viviendo? Si al fin y al cabo... El futuro, vive del pasado.

enero 20, 2010

FELICIDAD

Es muy fácil hablar de tristeza, escribir sobre la soledad, la amargura, la indiferencia. Pero hay algo mucho más complicado, que es hablar de felicidad. ¿Por qué?,muy simple : porque la felicidad, cuando la tenemos, no la valoramos, es como "es obligatorio que sea algo típico", a cambio cuando estamos tristes pensamos que es el fin del mundo y que por eso, todo se va al carajo. Porque no sabemos sacar lo bueno de las malas experiencias. Me va mal en el amor, PERFECTO, de cada situación se aprende, a no mentir, a ser fiel, a saber valorarse, a respetarse a uno mismo, a sentirse amado. Hace mal la bronca y el resentimiento. Ese resentimiento provoca obsesión, la cual confundimos con amor. Eso es masoquismo. Muchas veces, uno necesita de una buena vez ser escuchado, y pronto, ese resentimiento y esa obsesión se borran. ¿Es bueno sentirse escuchado no? Uno siente que está tranquilo y con su conciencia limpia.
Hoy estoy pasando por un momento de felicidad total. Tengo a la gente que quiero conmigo, algunos más cerca, otros más lejos, pero esos sentimientos tristes que los más lejanos me dejan, los uso para aprender en el día a día.
Estoy feliz de CADA UNA de mis decisiones tomadas, se que fueron bastantes cuerdas, y fueron para mi bien, para mi persona, a la cual hace bastante no le dedicaba tiempo.
Hoy por hoy, voy sintiendo que las cosas se van aclarando en mi cabeza. Siento que no todo en la vida es tener a alguien cerca constantemente. Aprendo a valorar a mis seres queridos, y disfruto de mi soledad.
El día que me vuelva a enamorar, bienvenido sea, la encargada voy a ser yo, de saber cuando ponerle principio y fin. Habrá que ver que me depara el futuro, espero que sea felicidad, frenesí, alegría. Es lo que espero. Y si me tocan situaciones tristes, aprenderé de cada una de ellas. Si me rompen el corazón, trataré de curarlo sola. Si pierdo a alguien querido, guardaré cada momento especial, y en caso de pelea, voy a olvidar lo que me separó de él.
No siempre todo es tal cual se ve, a veces, hay que buscarle el pelo al huevo, y si no lo encontramos bue, mala suerte. Lo importante es siempre saber a donde llegar, ser UNO MISMO, y hacerse valer. ESE, es el verdadero sentido de la felicidad.

PESADILLAS REPETIDAS

El sol iluminaba mis mejillas. El viento despeinaba mi cabeza. Era una tarde típica de primavera. Caminaba sin rumbo fijo, sin dirección, en busca de algún recuerdo que me despertara el alma y borrara mi pesar. Algo que me hiciera olvidar. Aún no podía borrar su figura de mis pesadillas, que me atormentaban cada noche haciendo cada vez más clara su imagen de despreocupación y frialdad. Sus ojos de hielo me traspasaban el cuerpo como filosas espadas, desgarrándome. Le rogaba por favor que no me deje y él se reía maliciosamente yse alejaba a paso lento. Era en ese momento cuando despertaba. Siempre la misma secuencia, nunca cambiaba.
Lo más increíble de esta desesperante situación era el simple hecho de saber que él no vagaba en mi mente cuando ésta no sufría los efectos del sueño. Solamente pasaba por mi mente de vez en cuando, como lo haría cualquier primero amor perdido.
Por eso, mientras me sentaba en el banco de la plaza de la ciudad, comencé a organizar mi plan para aquella noche. Obviamente iba a hacerlo en secreto. Me tomarían por loca si dijera que le rogaría a mi ex- pareja que se fuera de mis sueños.
Aquella madrugada me concentré más que nunca. Traté de no pensar casi nada en él, ni en mi idea; de esa forma, el sueño sería más nítido. Tomé un vaso de agua y me acosté en mi mullida cama. El cansancio no tardó mucho en adueñarse de mí y rápidamente me encontré fundida en sueños.
El lugar era el de siempre. Al enfrentarme con su rostro ya no sentí miedo, sino tranquilidad. No sé como, pero era conciente y sabía a la perfección que estaba soñando. No rogaría más, no no, no lo haría en absoluto. Le pediría por favor que si se quería ir, que lo hiciera de una vez, porque estaba exhausta de esa historia repetida.
Y ESO FUE EXACTAMENTE LO QUE HICE.
Ya pasó un mes de aquel hecho, y admito que jamás este joven volvió a acechar mi cabeza. Ya no estoy nerviosa, ni asustada, ni dolida.
Muchos creerían si lo cuento, que es magia o algo por el estilo, y yo simplemente los corregiría y les diría que no fue brujería, ni algo que le ocurre solo a los locos, sino que simplemente aquella madrugada la mente le hizo entender al corazón lo que me hacía bien y lo que no; y desde ese entonces, ambas partes, VIVEN EN ARMONÍA.

PREMONICIÓN

Solía despertarme generalmente a las ocho de la mañana, con el despertador que activaba cada noche antes de sumergirme en mis más delirantes sueños. Esa noche, un ruido proveniente de la cocina, hizo que me reincorporara de un salto, interrumpiendo mis pesadillas. Miré el reloj: eran las cinco de la mañana.
Al apoyar el brazo sobre el otro lado de la cama, me di cuenta que mi marido no se encontraba allí. Supuse que había sido él el causante de aquel ruido. Pobre Enrique, siempre tan torpe y distraído, seguramente había roto un vaso o volcado el liquido en su intento atropellado de beber un poco de agua. Giré nuevamente a mi posición anterior y volví a cerrar mis ojos. Fue imposible no abrirlos otra vez cuando un ruido aún más desgarrador que el anterior se oyó escaleras abajo. Esta vez, se parecía a un ruido como el del metal. Un escalofrío me recorrió la espalda. Encendí las luces de de la planta alta y comencé a gritar el nombre de mi marido. Nadie contestó y eso logró ponerme los pelos de punta. ODIABA las bromas pesadas de mi esposo. Bajé las escaleras pisando fuerte, para que tuviera en claro que solo me dirgía a la cocina para tener una de nuestras típicas discusiones.
Comenzé a preocuparme cuando vi que ninguna luz estaba encendida. Pensé en subir nuevamente para llamar a la policía, pero me detuve a mitad del trayecto;¿ cómo le explicaría al Comisario que el causante de mi miedo había sido el idiota de mi marido, que luego de cinco interminables minutos se había lanzado sobre mí gritándome: "¡SORPREEEESA!", como solía hacer siempre?
FUE EL PEOR ERROR QUE PODRÍA HABER COMETIDO EN MI VIDA. Al encender la lámpara de la cocina, vi el río de sangre que corría bajo mis pies. Y allí, a dos metros de distancia se encontraba el cuerpo sin vida de mi marido, boca abajo y cortado en dos. Fue entonces cuando oí el sonido de una sierra eléctrica encendiéndose a mis espaldas...

Un ruido proveniente de la cocina hizo que me reincorporara de un salto, interrumpiendo mis pesadillas. Miré el reloj: eran las cinco de la mañana. Al apoyar el brazo sobre el otro lado de la cama, me invadió una sensación de Deja Vú. Esperé un momento y sentí nuevamente el ruido a metal extraño. El destino no da segundas oportunidades. Me senté en la cama con los ojos abiertos de par en par y comencé a decir mis plegarias, SABÍA MEJOR QUE NADIE QUE OCURRIRÍA DESPUÉS.